Radiografía tecnológica de las pymes españolas

Aunque queda un largo camino por recorrer, las empresas de nuestro país van tomando conciencia de la importancia de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación.

Tecnología. Información. Comunicación. Con estas tres sencillas palabras los expertos suelen referirse a un complejo conjunto de técnicas utilizadas para la gestión de datos y su transmisión de un lugar a otro, clave en el desarrollo de cualquier sociedad. Sus implicaciones son variadas, y abarcan desde el uso de un smartphone o el despliegue de los típicos sistemas de radio y televisión a lo largo y ancho del planeta, hasta la informatización de la red eléctrica de un Ayuntamiento, el pago electrónico de una nómina o el fenómeno de la democracia participativa.

Esto, a su vez se traduce en un potencial enorme para las empresas. Bien utilizadas, las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) permiten fabricar mejores productos, ahorrar en costes, acortar los plazos de producción y estrechar lazos con sus clientes, entre otros beneficios. Y no sólo gracias a los avances en investigación de avezados científicos que consiguen crear transistores de un sólo átomo o experimentar con materiales maravilla como el grafeno, sino con una simple conexión a Internet. De hecho, guardar grandes volúmenes de archivos hoy en día sería impensable sin infraestructuras derivadas como el cloud computing.

Por encima de la media europea

Incluso las corporaciones más reducidas se han dado cuenta del cambio de paradigma y han comenzado a adoptar soluciones avanzadas. Se calcula que en España ocho de cada diez pequeñas y medianas empresas se han subido ya a la nube, un ratio que sitúa a nuestro país a la cabeza de Europa, y que un porcentaje similar ha virtualizado al menos parte de su estructura. La media para el Viejo Continente se sitúa en unos más discretos 60% y 73%, respectivamente. Pero eso no es todo. La práctica totalidad de las pymes patrias cuentan con ordenadores en sus instalaciones (98,6%) y recurren a la Red de redes para acometer sus procesos de negocio (97,2%).

Por actividades económicas, las compañías que más se están esforzando en modernizarse y competir con las grandes superficies son las dedicadas al comercio minorista. Si hace dos años los equipos portátiles o de sobremesa estaban presente en tan sólo dos tercios del sector, ahora el grado de penetración es absoluto, mientras que las contrataciones de Internet en estos veinticuatro meses ha pasado del 55,8% a un nada desdeñable 86,6%. Del mismo modo, los transportistas se han equiparado en servicios básicos a otros profesionales como los hosteleros, los agricultores o los artesanos, con crecimientos que rondan el 20%. Y la industria logística destaca como la de mayor uso de las TIC a todos los niveles. La oveja negra sigue siendo el grupo de las microempresas de menos de diez empleados, especialmente aquellas en las que únicamente existe la figura del jefe o en la que no hay más de dos subordinados. Y es que en este supuesto ambos baremos, el de la disponibilidad de ordenador y uso de Internet, apenas superan el 60% de corte.

Suben las páginas web, bajan las tiendas online

Otra asignatura pendiente es la del comercio electrónico. Su mejor resultado hasta la fecha es la de haber promovido las compras en un tercio de las firmas de entre 50 y 249 empleados. Si hablamos de ventas online, el panorama es todavía más desalentador, ya que de acuerdo con los números recogidos en el “Informe ePyme 2011” de Fundetec sólo son explotadas por uno de cada cinco negocios, en especial hoteles y casas de turismo rural. Evidentemente la tipología de estas empresas no debería extrañar a nadie, como tampoco sorprende que los trabajadores que desempeñan sus funciones fuera de la oficina, caso de las infraestructuras de telecomunicaciones, vivan pegados al teléfono móvil.

Para compensar estas carencias, el tejido empresarial español se ha embarcado en la construcción de una imagen corporativa sólida y comienza a hacerse notar en redes sociales tipo Facebook, Twitter y LinkedIn. Aproximadamente el 64% de las pymes y la cuarta parte de las microempresas disponen de una página web más o menos acorde con los tiempos que corren. Esta tendencia se dispara hasta el 90% en  los segmentos que dependen del turismo o del comercio y que reconocen en Internet una herramienta de marketing en estado puro. Además de utilizar esta plataforma para presentar su organización al mundo, la segunda táctica más recurrente es la de ofrecer un catálogo de productos y un listado de precios con los que captar el interés de sus clientes.

Aplicaciones personalizadas

La voluntad de progresar es evidente, pero hay margen para la mejora. El mero hecho de contar con los medios no significa que los resultados vayan a llegar solos o que las empresas estén aprovechando todas sus posibilidades. Los recursos telemáticos para relacionarse con la Administración Pública, por ejemplo, no consiguen despegar porque las compañías de menor tamaño tienden a externalizar estos trámites en gestorías. Por otra parte, se vuelve imprescindible poseer un control profundo del funcionamiento de la pyme y planificar al dedillo sus requisitos tecnológicos, ya que la mayoría de los fracasos se debe al desconocimiento y no a la calidad de las soluciones adoptadas en sí.

El futuro parece estar en las aplicaciones específicas para cada sector, más allá de la instalación de suites ofimáticas y los softwares de facturación y contabilidad de uso general. En el caso de España, sin ir más lejos, ocho de cada diez corporaciones ya utilizan algún programa especialmente diseñado para sus necesidades. ¿Cuáles? Gestión de pedidos en el logístico, cálculos técnicos en el de ingeniería y gestión de reservas en el hotelero.