¿Cómo pasarse a Windows 10 sin perder información por el camino?

Ahora que Windows 10 ya está disponible comenzarán las actualizaciones de dispositivos informáticos alrededor de todo el mundo. Acronis explica cómo hacerlo de forma segura.

Windows 10 ya está en la calle. Microsoft lanzó ayer la versión estable de su nuevo sistema operativo, que por ahora es compatible con las modernas tabletas, con los tradicionales ordenadores y también con los equipos que conforman el Internet de las Cosas.

Esto sucede de dos formas distintas. Por una parte, este Windows viene incorporado en gadgets recién salidos a la venta. Y, por otro lado, el sistema es compatible con dispositivos más antiguos, pudiendo descargarse de forma gratuita a partir de Windows 7, Windows 8.1 y Windows Phone 8.1.

Eso sí, la actualización no debería hacerse de cualquier forma. Es por eso que desde la compañía especializada en protección de datos Acronis han elaborado una lista con unas cuantas recomendaciones para hacer una migración segura, encaminadas en última instancia a mantener la información a buen recaudo.

En primer lugar, Acronis aconseja usar el sentido común y ser pacientes en la fase de planificación. Esto quiere decir que a pesar de contar con varios dispositivos compatibles con Windows 10, lo mejor es empezar sólo con uno para ver cómo es el proceso.

Y, obviamente, hay que comprobar si ese dispositivo soporta o no Windows 10, valorando además si no será más inteligente comprarse un equipo nuevo más potente en vez de intentar estirar un poco más la vida de un PC que corre el riesgo de ralentizarse.

Lo básico a la hora de proteger los datos en medio de una migración es aplicar backups de todo lo que contiene el sistema que se quiere actualizar. De este modo no se correrán riesgos innecesarios ante fallos no previstos. Y, por si acaso, conviene no deshacerse de copias anteriores.

Aquí no vale con un simple “corta y pega”. Habrá que recurrir a las denominadas soluciones de imagen de disco para guardar también cosas del tipo de las credenciales de acceso o las preferencias. Y se debe tener en cuenta hasta el más mínimo detalle, incluso carpetas casi olvidadas y divisiones ocultas.

Un truco que puede salvar a los usuarios de problemas mayores es cumplir con máxima fidelidad la regla del “backup 3-2-1”, que consiste en hacer hasta tres copias de seguridad para luego almacenarlas en un par de lugares diferentes. Y, por último, tener una de ellas fuera.