Un diminuto transitor de arseniuro de indio y galio pone en jaque al silicio

Un equipo de científicos del MIT ha conseguido producir el transistor más pequeño de la historia con un material distinto al silicio.

No es la primera vez que se presentan resultados de una investigación sobre semiconductores alternativos al tan extendido silicio, pero en esta ocasión el paso es algo más amplio ya que un equipo de científicos que trabajan en el Laboratorio de Tecnología de Microsistemas del MIT ha conseguido desarrollar el transistor más pequeño de la historia con un material rival.

El material utilizado es, concretamente, el arseniuro de indio y galio, un semiconductor de indio, galio y arsénico con gran velocidad de operación y logitud de onda. Y, según han anunciado los propios investigadores, el transistor funciona con buena calidad a pesar de contar con tan sólo 22 nanómetros de longitud.

“Cuantos más transistores puedas empaquetar en un chip, más poderoso será ese chip y más funciones realizará”, indica Jesús del Álamo, profesor perteneciente al Departamento de Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación del MIT y responsable del proyecto.

Con el silicio existe el problema de que la reducción a escala nanométrica produce una limitación de la cantidad de corriente que se puede producir. Pero con el arseniuro de indio y galio, que actualmente ya se utiliza para entablar comunicaciones a través de fibra óptica y tecnologías de radar, se pueden seguir consiguiendo cantidades asombrosas de electricidad.

Y ahora, además, se ha demostrado que es posible producir piezas lo suficientemente pequeñas como para alimentar a los dispositivos del mañana y para “llevar a la Ley de Moore fuera del alcance del silicio”, comenta del Álamo, que ya se ha fijado un nuevo objetivo: producir un transistor de tan sólo 10 nanómetros.