¿Conoces tus derechos como comprador online?

Desde Trusted Shops recuerdan que los derechos que cubren las compras de productos físicos a través de Internet no son los mismos que para bienes digitales mediante descarga.

Los españoles (y no españoles) tenemos cada vez menos miedo a realizar compras a través de Internet y nos centramos en sus beneficios, principalmente en lo que a comodidad y ahorro de tiempo se refiere.

Fuente-Shutterstock_Autor-Syda Productions_InternetA día de hoy se calcula que un 85% de las personas que navegan por la Red de redes ya realiza adquisiciones online. Y la cifra debería seguir aumentando, a pesar de encontrarse ya en cotas altísimas.

Uno de los factores decisivos será, sin duda, la educación sobre los derechos que están garantizados para este tipo de compradores y cuáles no, ya que no siempre son evidentes. Unos derechos que, por cierto, varían entre hacerse con bienes físicos vía cibernética o con productos puramente digitales, como puede ser la música, las películas, las aplicaciones móviles, los juegos o los libros electrónicos.

Así lo ha querido remarcar Tusted Shops a unas horas de la celebración del Día Mundial de los Derechos del Consumidor. Lo hace de la mano de su experto legal Rafael Gómez-Lus, que recomienda “informarse y poner especial atención antes de realizar una compra de estas características”.

Lo primero que hay que saber es que la compra a través de descargas no admite devoluciones, por lo que es preferible pensárselo bien antes de confirmarla. En caso de arrepentimiento te quedarías sin el dinero y con un producto que realmente no te gusta o quizás no necesitas.

Además, no es posible ceder los derechos de uso a teceros. O dicho de otro modo, como lo que se recibe es una licencia personal, “no puede simplemente prestársela a un amigo, cederla o vendérsela a alguien”, tal y como describen desde Trusted Shops.

Otro punto a tener en cuenta es que existen aplicaciones que en un principio son gratuitas pero que contienen ciertas funciones de pago. Esto quiere decir que, si por algún despiste o una pobre protección del dispositivo utilizado, un menor efectúa una compra sin la autorización de sus padres, éstos no recibirán el reembolso del dinero gastado.