Hasta siempre Nokia, bienvenida Microsoft Mobile

Aunque Nokia seguirá existiendo como compañía europea de redes, mapas e investigación, ya no fabricará los teléfonos móviles que un día la convirtieron en líder mundial.

Nokia ya no es Nokia. O al menos no es la gran potencia a la que nos habíamos acostumbrado los europeos, conocida más allá de nuestras fronteras por fabricar teléfonos móviles de éxito mundial. La empresa finlandesa está escribiendo hoy un nuevo capítulo de su libro de las mil y una evoluciones, al desprenderse de la práctica totalidad de su negocio de servicios y dispositivos, que ha ido a parar a Microsoft, para centrarse únicamente en las redes NSN, los mapas HERE y las actividades de investigación e innovación a través de Advanced Technologies. No es la primera vez que este camaleón tecnológico sorprende con un cambio radical. Si echamos la vista atrás vemos cómo en sus casi 150 años de historia ha puesto en circulación equipos para emergencias, vendido televisores, diseñado neumáticos e incluso montado un imperio alrededor de las botas de goma. Sus orígenes como papelera no podían ser más distintos a lo que ahora queda.

Fuente-Shutterstock_Autor-Anson0618_adiosLa nueva Nokia se encargará de suministrar infraestructura a operadoras de telefonía a nivel global, incluyendo la demandada tecnología 4G, además de meterse de lleno en el segmento de los vehículos conectados y seguir incrementando, en la medida de lo posible, su cartera de propiedad intelectual y los acuerdos de licencias que le reporten beneficios.

Y es que, precisamente, uno de los puntos fuertes de esta compañía lo conforma su valioso paquete de patentes, del que Microsoft se ha asegurado también su aprovechamiento. En un principio se preveía que el acuerdo sobre ciertas patentes más el derecho a usar la tecnología cartográfica de su socio finlandés le costaría al gigante de Redmond 1.650 millones de euros. A esto debemos sumarle, por supuesto, los 3.790 millones de euros en los que se valoró el traspaso del negocio móvil. Un total de 5.440 millones de euros que al final serán más “después de que los ajustes finales se realicen en base al balance de cierre verificado”, según han explicado sus protagonistas. ¿Cuánto más? Con la información publicada sólo sabemos que será “ligeramente más alto”.

Cambios, cambios y los mercados emergentes como objetivo

Éste no es el único detalle que se ha corregido en el periodo de más de medio año que ha transcurrido desde que se anunció el pacto de adquisición y éste se ha hecho efectivo. Hay dos centros en los que se acometían tareas de fabricación que han quedado excluidos de la operación. El primero de ellos está ubicado en la ciudad india de Chennai y no se puede transferir por mandato de las autoridades locales, aunque para solucionar este fleco se habría firmado “un acuerdo de servicio por el que Nokia produciría dispositivos móviles para Microsoft”; mientras que el otro se erige en la localidad coreana de Masan y hasta ahora daba trabajo a dos centenares personas. Quienes sí pasarán a engrosar la ya de por sí extensa plantilla de Microsoft son 21 trabajadores de la Chief Technology Office de Nokia, en otra variación sobre el pacto original. De este modo, acabarán siendo unos 25.000 los empleados que cambien de compañía.

NokialogoAsimismo, las cuentas en redes sociales y la página web nokia.com serán gestionadas por sus nuevos dueños durante al menos un año. Con todo esto Microsoft se posiciona para atacar el mercado móvil a lo grande. Ya tenía un sistema operativo con el que intentar hacer frente a los dos pesos pesados del sector, iOS y Android, pero ahora controlará directamente el propio diseño del hardware y el resto de la cadena de producción, desde la manufactura de las piezas y su ensamblaje hasta la comercialización, las campañas publicitarias y la relación con los usuarios. Además, su alianza de 2011 sirvió para sacar a la calle smartphones gobernados por Windows Phone de precios y pretensiones variadas, pero no para agarrarse a los denominados mercados emergentes y demás, donde se solicitan teléfonos de gama de entrada y donde se huele que está la verdadera oportunidad.

Con los activos de Nokia debajo del brazo podrá intentar esto, introduciendo en su interior servicios exclusivos, y quizás también mejorar en cuestión de tablets PC. Hace unas horas Microsoft realizaba otro gran anuncio al detallar los resultados financieros para el tercer trimestre de su año fiscal 2014. Sin especificar cuántas unidades de Surface ha conseguido colocar entre los meses de enero y marzo, sí que ha destacado que los ingresos de este negocio han subido un 50%. Aún así la tendencia no ha sido la misma a rasgos generales. La facturación total de la compañía ha bajado en un sólo cuarto desde los 24.520 millones de dólares hasta los 20.400 millones, quedándose las ganancias netas en 5.660 millones frente a los 6.560 millones anteriores. La nube con plataformas como Office 365 y Azure es la que está soportando el peso, así que ahora toca demostración móvil.

En cuanto a los actuales dueños de terminales Lumia, Asha y los Nokia X con Android, no tienen mucho que temer. Desde la Nokia de Microsoft, o más bien desde Microsoft Mobile Oy que es como se ha dado en denominar a este negocio subsidiario, ya han aclarado que seguirán “produciendo, vendiendo y dando soporte”, respetando las garantías, a toda esta gama de gadgets que pululan por el planeta.

El papel de Stephen Elop; las palabras de Satya Nadella

Stephen Elop (Imagen por cortesía de Microsoft - www.microsoft.com)
Stephen Elop (Imagen por cortesía de Microsoft – www.microsoft.com)

A nivel organizativo, la compra supone el regreso a Redmond de Stephen Elop, antiguo CEO de Nokia y antes de eso directivo de Microsoft, que ha sido nombrado vicepresidente ejecutivo del grupo de Dispositivos de esta última. No se ha hecho con el puesto de director ejecutivo, pero tendrá un papel crucial para trazar el futuro de la empresa estadounidense, ya que será responsable de toda una serie de elementos que van desde los propios teléfonos y tabletas hasta la videoconsola Xbox, diferentes accesorios y los productos Perceptive Pixel. Con él se integran en Microsoft los ex-trabajadores de Nokia Jo Harlow, Juha Putkiranta, Timo Toikkanen, y Chris Weber. Y, por supuesto, también se transfiere una cuantiosa base de usuarios. Como ha querido destacar el propio Elop, “durante años Nokia ha distribuido, literalmente, miles de millones de dispositivos. Sólo en el último año, han sido cientos de millones”. Tras ellos hay una amplia base de fieles.

“Al unir Microsoft y Nokia Devices and Services como una familia ampliada, estamos unificando nuestra pasión, dedicación y compromiso de entregar lo mejor que pueden ofrecer nuestras tecnologías conjuntamente”, ha dicho en una carta. De esta forma “podemos conectar y fortalecer a las personas con una experiencia única en su vida en un mundo donde lo móvil y la nube son lo primero. A partir de hoy, las posibilidades son infinitas“. En términos muy similares se ha pronunciado el máximo responsable de Microsoft, Satya Nadella, que ha dado la bienvenida a este amplio lote de tecnologías “a nuestra familia”. Aunque fue su predecesor en el cargo, Steve Ballmer, quien manejó los hilos para llegar hasta el punto en el que nos encontramos, Nadella reconoce que la fusión de ambos negocios “fomenta nuestra transformación. Junto con nuestros socios, nos mantenemos centrados en ofrecer innovación más rápidamente en nuestro mundo mobile-first, cloud-first“.

Durante los últimos meses, en Microsoft se han hartado de repetir que el camino a seguir es el de la innovación, ya que de la historia y de los hitos pasados no se vive. Nokia ha experimentado en sus propias carnes cómo la feroz competencia puede acabar de golpe y porrazo con catorce años liderando la clasificación de mayor fabricante móvil y minar la cuota de mercado global. ¿Encontrará en casa Redmond una segunda oportunidad?